Hay algunas veces que es mejor no pelear. Son esas veces que sabemos contra quien peleamos. Ayer fue contra una horda de hormonas. Así que no intente pelear, no intenté revolverme solo busque la alternativa mas apropiada para mi. Cuando me vi frente a la puerta del Retiro, me dí cuenta que no era tan buena idea la alternativa elegida. Pero bueno el Retiro es suficientemente grande para que convivamos yo y mis recuerdos, me autoconvencí; así que me arme de valor y empecé a caminar por todos los recodos por donde mis recuerdos no se hallaban.
Todo fue genial, fotos por aquí fotos por allá. Pero en el lugar mas extraño escuche una voz dulce con un acento conocido, “perdone podría hacerme una foto?”. Justo en ese momento se rompieron todos los cristales y todos los recuerdos vinieron a mi.
Lastima que no tenga la capacidad de reacción que tengo para otras cosas, porque quizás esta foto tendría mas sentido con la chica que me pidió que la hiciera la foto.
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